Alcohol y conducción es, de siempre, un binomio poco alentador. Se trata de una de las principales causas de accidente y parece, tras los últimos datos, que el consumo de alcohol y posterior uso de un vehículo va en aumento. Un sinsentido cuando se sabe de los fatídicos resultados de una combinación semejante.
Según un estudio del Instituto de Toxicología y Ciencias Forenses, hasta el 42% de los conductores fallecidos en 2017 presentaba resultados positivos de alcohol o algún tipo de droga y psicofármacos. Una cifra lamentablemente elevada que no sólo afecta a quien conduce, sino a todos los que están a su alrededor.
El consumo de alcohol es una de las faltas más perseguidas por la Dirección General de Tráfico y por la Guardia Civil. Múltiples campañas de control en carreteras, fuertes sanciones a los conductores, retiradas de carnet e incluso penas de prisión son la base sobre la que se sustenta la lucha por erradicar esta costumbre. Pero en Francia han ido un paso más allá en la persecución de los conductores que han bebido en exceso.
Según ha publicado el medio francés ‘Le Figaro’, un decreto ley publicado el pasado 18 de septiembre, aprueba el uso del llamado ‘alcoholímetro inmovilizador’ (EAD). Un sistema que, instalado en el vehículo, evita que el conductor pueda circular si tras usarlo supera la tasa máxima de alcohol. El uso de este sistema es obligatorio nada más subirse al vehículo, antes de poner en marcha el motor.
Por el momento no es obligatorio en todos los vehículos. En el texto aprobado figura que, si un conductor da positivo en la prueba del alcoholímetro de la policía, por encima de 0,80 gramos por litro de sangre (el límite es de 0,50), la policía podrá tomar dos medidas: suspensión habitual del permiso de conducir o bien, ofrecerle el nuevo decreto y mantener el carnet a cambio de instalar en el coche el alcoholímetro inmovilizador. En caso de aceptar esta medida, verá suspendida su licencia durante unos 10 días hasta que se haya procedido a la instalación del sistema.
Una medida que busca tolerancia cero con el alcohol a los mandos de un vehículo y que actualmente, es la segunda causa de fallecimiento en carretera. Una medida inteligente, que de ofrecer buenos resultados, quizá podrían adoptar otros miembros de la Unión Europea y así erradicar los accidentes de tráfico por culpa de conductores ebrios.