Tener un coche en propiedad supone una serie de gastos obligatorios para poder circular. Nos referimos a otras cosas más allá del imprescindible mantenimiento, a temas de impuestos, combustible y seguros. Según la normativa, para poder circular por España es imprescindible haber pagado el respectivo impuesto y contar con un seguro que cubra, como mínimo, la responsabilidad civil. Son apartados que muchos no comparten, pero que tienen mucha lógica, ya que el impuesto se invierte en el mantenimiento de la red vial (supuestamente) y el seguro cubre cualquier incidente que podamos sufrir durante nuestros desplazamientos.
Contar con un seguro es obligatorio por ley por muchas razones, pero la principal es cubrir los daños que se puedan ocasionar a terceros en todos los casos. Es decir, si tenemos un accidente y nosotros somos los culpables, nuestro seguro se hará cargo de indemnizar al otro conductor afectado y de cubrir los gastos médicos en caso de sufrir alguna lesión, así como la reparación de su vehículo. Una serie de acciones que de tener que pagar de nuestro bolsillo conllevaría la ruina total. Cada compañía aseguradora tiene sus condiciones, pero como norma general se pueden dar tres partes al año sin sufrir un aumento de la cuota anual, aunque haya conductores que en caso de accidente se den a la fuga.
En muchas ocasiones, que un conductor se dé a la fuga puede suponer varias cosas, aunque por lo general se debe a que el seguro no cubrirá los daños porque el coche no tiene ITV o porque el conductor iba bebido, por poner unos ejemplos. O bien, el peor caso de todos y es que no tiene contratado un seguro para su vehículo. Situaciones que, como cabe esperar, supone un quebradero de cabeza para el afectado. ¿Qué pasa si me golpea un coche sin seguro?
Si te golpea un coche sin seguro existe una solución. Lo más importante, de primeras, es mantener la calma e intentar que todo sea por las buenas y de forma amistosa. Una vez todo calmado, debemos comprobar que de verdad el coche causante del accidente no tiene seguro, algo que se realiza a través del FIVA (un fichero informatizado con todos los datos personales, número de siniestros y tipo de póliza que se han contratado en España).
Tras comprobar que realmente no tiene seguro, hay que contactar con el Consorcio de Compensación de Seguros, que forma parte del Ministerio de Economía y Empresa y se encarga de asumir la cobertura obligatoria de aquellos vehículos que no tienen seguro e indemnizar los daños ocasiones por vehículos desconocidos, robados y sin seguro. Debemos detallar lo más claro posible todo lo ocurrido, posibles lesiones, daños materiales y lo que sea necesario para que el Consorcio tome las medidas oportunas.
El Consorcio de Compensación de Seguros asignará un taller y un centro médico para las oportunas revisiones y se pondrá manos a la obra para compensar lo ocurrido y que todo vuelva a la normalidad. Mientras tanto, el propio consorcio tratará que el conductor sin seguro, se haga cargo de todos los posibles gastos derivados del accidente. Suele ser mediante una demanda para recuperar el dinero gastado. Un paso que también podemos dar nosotros si no estamos conformes con la indemnización recibida.