Hay ciertos elementos que suelen pasar a un segundo plano cuando no nos hacen falta, como pueden ser los limpiaparabrisas del coche, que se estropean con el tiempo debido a la climatología y de lo que no nos damos cuenta hasta que nos llueve a cantaros. Lo peor de todo es que los limpiaparabrisas son casi vitales pues en caso de lluvia podemos encontrarnos con una cortina de agua en el cristal que nos impide ver por donde vamos al no retirar el agua como deben.
Cuando toca cambiarlos destaca, pero a mal, que la gente no se gasta un duro en ellos invirtiendo más tiempo y dinero en el sistema de aire acondicionado. Es más, cuando vamos a vender un coche lo normal es que el comprador le preste más atención al sistema de aire acondicionado que a los limpiaparabrisas o que a los neumáticos. Así que toma nota de lo que vamos a contarte sobre el sistema, que muy posiblemente te venga de perlas.
No obstante, lo primero que debemos saber es, de forma sencilla, cómo funciona este sistema. Básicamente se centra en un circuito de tuberías por las que pasa un gas que las enfría, para que un ventilador haga pasar aire sobre ellas en su camino hacia el habitáculo. Lógicamente, el funcionamiento es más complejo que esto, pero estamos evitando usar nombres técnicos o nombrar componentes que tampoco ayudarán en exceso.
Se puede imaginar que si el aire acondicionado no funciona, pueden ser mil cosas, ¿verdad? Nosotros te vamos a contar algunas para que lo puedas comprobar tu mismo sin ayuda del taller.
- Filtro sucio. No hay que ser muy listo para saber que el filtro se encarga de detener la porquería antes de que llegue al habitáculo y que con el tiempo, se ensucia y se obstruye necesitando un cambio que además, debería producirse una vez al año o cada 15.000 km, lo que antes llegue. El manual del coche te dirá donde está para que puedas echarle un ojo.
- Fuga de gas. Lo más común cuando llega el verano es ir al taller a que nos carguen el aire acondicionado, pero eso debería ser algo ocasional pues si tenemos que cargar el gas todos los años, es que tenemos una fuga. Localizar la fuga es muy fácil, sólo tenemos que poner agua enjabonada en los tubos del sistema y ponerlo en marcha. También podemos ver si tiene fugas tras un viaje largo con el aire acondicionado puesto ya que se formará un charquito de agua bajo el coche. Por cierto, las fugas las reparan en el taller, ni se te ocurra desmontar el sistema.
- Toberas de aireación. Es, con toda seguridad, uno de los elementos que menos atención reciben de todo el coche. Suele preocupar más un cenicero que no cierra que una tobera obstruida y esto, es bastante peor. No nos pasará nada, ni se estropeará el coche, simplemente, no saldrá aire por la que esté taponada, ni del exterior, ni de la calefacción ni del aire acondicionado. Además, son las culpables de que el aire acondicionado huela mal al coger humedad, algo que podemos solucionar poniendo la calefacción para eliminar esa humedad o con algunos productos como los purificadores, que pueden costar hasta 100 euros. Lo mejor es desmontar y limpiar, pero deben hacer en el taller y suele tener un coste más o menos elevado.
Puede que los problemas sean otros, como fallos eléctricos, avería en el compresor o el ventilador o que el radiador este sucio por su parte exterior por poner unos ejemplos, pero son cosas que necesitan visita al taller. De todas formas, las averías son fáciles de evitar. El sistema no debe estar demasiado tiempo parado, deberíamos ponerlo de vez en cuando en marcha para que todos los elementos funcionen y se eliminen entre otras cosas posibles obstrucciones. Se puede emplear para desempañar lo cristales, función para la que el aire acondicionado es realmente efectivo. Tampoco debería trabajar siempre al mínimo de temperatura posible, eso fuerza todo el equipo innecesariamente y además puede aumentar el consumo en hasta un 20%. Es más eficaz poner una temperatura de unos 25 grados máximo, pero si somos de lo que quieren hacer todo a la perfección, la mejor temperatura para el aire acondicionado es entre 22 y 23 grados.