A la hora de vender un coche usado tenemos muchas cosas en las que pensar. Lo normal es que todo el mundo se centre en el precio, dejando ciertos apartados un tanto de lado pudiendo influir negativamente en la venta.
En Más por tu coche te hemos dado infinidad de consejos que puedes revisar siempre que quieras, aunque podemos destacar lo imprescindible de la primera impresión, del primer momento así como la confianza que se postula como vital a la hora de vender el coche a un particular. Por eso, con esto en mente, vamos a darte un consejo rápido qué deberías usar cuando enseñes el coche.
Sabemos que la primera impresión es vital, si el coche entra por los ojos tenemos mucho ganado. La confianza es otra de las cosas que influyen en la compra por parte del interesado, si no se fía de nosotros, es evidente que no se quedará el coche. Pero, y esto es algo que nadie tiene presente, las sensaciones también influyen sobremanera. No hay nada como sentirse cómodo, a gusto con el coche; un punto en el que podemos terciar muy fácilmente.
Lo primero es elegir un buen lugar donde enseñar el coche al posible comprador. Sería un detalle hacia la persona que quiere ver el coche, quedar cerca de alguna parada de transporte público. Es posible que nuestro probable comprador no disponga de vehículo propio (algo bastante común) y acuda en transporte público. Si además, lo hacemos en un sitio con poco tráfico, donde se pueda ver el coche con detenimiento y cómodamente, sumaremos más puntos.
Hay una cosa que no se tiene en cuenta y es evitar siempre zonas con caminos de tierra o mal pavimentados. Cuando se circula por ellos se provoca una nube de polvo muy molesta que además de ensuciar el coche (que deberíamos de haber limpiado previamente) puede ser un problema si el interesado, por ejemplo, sufre de alergia.
Debemos pensar, casi al completo, en el comprador. Queremos que se quede el coche, así que pongámoslo fácil. ¿Habías pensado en un lugar con sombra? Seguro que no. La sombra no sólo enmascara algunos defectos de la pintura por la ausencia de excesivos brillos, sino que potencia los tonos oscuros del habitáculo aumentando la sensación de calidad y buen aspecto. Y eso sin contar que no se sufre demasiado calor en época estival y por tanto, el habitáculo no está caliente, es agradable meterse en el coche y evitamos ciertos olores que surgen en los coches con muchos años que pueden interferir en la percepción del comprador.
Pequeños detalles que pueden parecer nimios e incluso un poco tontos, pero podrían decantar la balanza a nuestro favor y hacer que el interesado, se lleve el coche.