La actual generación de automóviles es la más segura que se ha creado nunca. Si lo comparamos con los coches que se vendían hace, por ejemplo, 15 años, los actuales son auténticos tanques, el mejor lugar donde sufrir un accidente, aunque esta expresión sea poco afortunada o poco lógica (no existe el mejor lugar para sufrir un accidente…).
Desde hace ya muchos años, ofrecer la máxima protección a los ocupantes de un vehículo se ha vuelto una obsesión para los fabricantes. La búsqueda de reducir los heridos y fallecidos en accidente de tráfico que ha provocado el desarrollo de soluciones sumamente innovadoras como zonas deformables para la absorción de la energía generada en el impacto, sistemas electrónicos capaces de controlar el coche por su cuenta si la persona que va al volante comete un error, frenos con una potencia propia de coches de competición o chasis fabricados con materiales de ciencia ficción.
La organización independiente Euro NCAP, que analiza y valora la seguridad de los coches que se venden en Europa también ha puesto su granito de arena. Realmente, deberíamos decir que ha puesto una montaña entera, ya que su aparición hizo que los fabricantes trabajaran más durante en pos de lograr la máxima protección de los ocupantes en caso de colisión. Gracias a sus pruebas, que se realizan comprando unidades básicas (las más bajas de la gama, que son las menos equipadas) anónimamente y sometiéndolas a diversos test de impactos, Euro NCAP ha contribuido a evolucionar la seguridad en los automóviles.
Actualmente, contar con cinco estrellas Euro NCAP, el máximo galardón posible, es un fuerte argumento de venta y un apartado muy a tener en cuenta cuando buscamos un nuevo automóvil. Todos los años se realizan multitud de pruebas desde hace décadas, pero poca gente se acuerda de cuál fue el primer coche en conseguir la máxima puntuación en las pruebas de choque de esta organización. Fue en el año 2001, hace ya 18 años del suceso y el modelo concreto fue la segunda generación del Renault Laguna.
El Renault Laguna sustituía en el mercado al exitoso Renault 21 y ha estado a la venta hasta la llegada del Renault Talisman, que fue lanzado al mercado en 2015. La primera generación de este modelo tuvo muy buena acogida y las ventas fueron elevadas, pero la segunda entrega rompió moldes por tecnología y diseño, pero también, por seguridad. Euro NCAP le puntuaba con 33,1 puntos sobre 34 posibles, un éxito encomiable y que hizo del Renault Laguna II el coche más seguro del mundo en aquel momento.
Tras las pruebas, el organismo destacó la capacidad de absorción de la estructura, la eficacia del sistema de retención y el funcionamiento de los airbags con inflado progresivo (en dos etapas). Así mismo, Euro NCAP alabó el funcionamiento de los airbags laterales y de cortina en situaciones de impacto lateral.
Como curiosidad, y dada la evolución sufrida por la industria y la adaptación de las pruebas realizadas por Euro NCAP, el Laguna II sólo tendría hoy un máximo de tres estrellas. Una clara muestra del avance obtenido hasta el momento y de las exigencias actuales de usuarios y administraciones.