Una de las cosas que se están escuchando mucho últimamente es la descarbonización del motor. Una acción que no es precisamente nueva, pero que gracias a las redes sociales y al omnipresente internet, ahora es conocida por mucha gente. Y no es algo malo, de hecho es todo lo contrario ya que la descarbonización es una bendición para el motor.
Cualquier propulsor convencional genera residuos durante la quema del combustible. No importa que sea gasolina o diésel, se genera un desecho que se conoce como carbonilla (también se le llama hollín o calamina). La carbonilla tiene propiedades nefastas, como una capacidad de adherencia a cualquier superficie muy elevada y además, resiste temperaturas de más de 900 grados.
Es decir, que se residuo se va acumulando kilómetro tras kilómetro en el interior del motor y al final, acaba por obstruir ciertos conductos y taponar otras partes del motor que conlleva una pérdida de potencia, mayor consumo y humos oscuros. Es, para entendernos, como el colesterol en las personas. El mayor problema es, que al estar en el interior del motor, habría que desmontar todo para limpiarlo y usar herramienta específica. Totalmente inviable por la factura en mano de obra que tendríamos que pagar.
Sin embargo, existen otros métodos para eliminar esos desechos y volver a dejar el interior del propulsor como una patena. Hablamos de la descarbonización, que es, precisamente, limpiar toda esa suciedad acumulada durante años y kilómetros. Para ello es necesario acudir a un taller especializado y abonar entre 50 y 200 euros (esto último, realmente exagerado y poco común), una factura que no es especialmente alta y que merece la pena desembolsar.
El proceso es relativamente sencillo. La firma más común de descarbonizar el motor es mediante el uso de gas oxihidrógeno (HHO), que se puede emplear en cualquier tipo de motor. El gas se introduce por la admisión (por donde entra el aire al motor) y se mezcla con el combustible dentro del propulsor. El gas provoca que la temperatura a la que se quema el combustible suba rápidamente y provoque una pirólisis controlada, capaz de eliminar todos los residuos adheridos a las paredes interiores de nuestro motor. Pero además, también eliminará los residuos de otros elementos como la famosa válvula EGR, del turbo, del catalizador…