Es una faena necesitar usar el limpiaparabrisas y al accionarlo, comprobar está vacío o casi. Lo más normal es rellenarlo con agua, que apenas sirve para limpiar nada o bien, añadir algún tipo de limpiador o jabón, como el típico lavavajillas. Acción cotidiana y más normal de lo que pueda parecer, aunque no es precisamente la más recomendable.
Todos los lavavajillas son jabones que producen mucha espuma y aunque eso sea bueno para dejar los platos como si fueran nuevos, es todo lo contrario para el parabrisas de nuestro coche y también para alguno de los componentes que forman el circuito del limpiaparabrisas. El principal inconveniente de estos jabones es que su espuma, que se trata básicamente de burbujas de aire, provoca que la bomba que proyecta el agua contra el parabrisas se caliente más de lo normal y que su lubricación sea defectuosa, acelerando su desgaste. No se romperá de un día para otro, pero si lo hará a lo largo del tiempo si somos asiduos a llenar de lavavajillas nuestro bote de limpiaparabrisas.
Por otro lado, el circuito de lavaparabrisas tiene una serie de válvulas encargadas de mantener el circuito siempre lleno de líquido, de esta forma, no hay retardo cuando accionamos el mando para limpiar el parabrisas. Esas válvulas también se averían con el lavavajillas y en este caso, se producen pérdidas de líquido y se desceba, produciendo retardo en la proyección de líquido y una avería de la bomba al quedarse sin líquido.
Los lavaparabrisas cuenta en su composición con elementos anticongelantes, con el objetivo de evitar que pueda reventar algún manguito con bajas temperaturas. El lavavajillas no lleva esos productos y no evita la congelación. Además, tan importante o más que todo esto, es que el lavavajillas no limpia correctamente al dejar mucho rastro de espuma. El sistema no aclara la espuma restante y cada vez que acciones el mando, saldrá agua con jabón empeorando el problema. También afecta a las gomas y embellecedores del coche, así como a la pintura y a los desagües en la base del parabrisas.