La creación de un coche esconde muchos secretos que la gente desconoce. Incontables horas de reuniones, miles de ideas, dibujos y bocetos que se rechazan, simulaciones y reproducciones en arcilla en varias escalas y una ingeniería espectacularmente compleja. Para muchos es una mera herramienta para desplazarse, pero es el trabajo de cientos de personas durante cerca de cuatro años.
Todo el trabajo que se realiza a lo largo de todos esos años, que según el modelo y las necesidades pueden ser todavía más, está detenidamente estudiado y nada de lo que se hace es al azar. Desde los colores hasta las tapicerías, pasando por el tacto y el aspecto de los plásticos que forman el habitáculo o la textura de los mandos para los sistemas básicos como la radio, los limpiaparabrisas o incluso los pedales.
Detrás de cada automóvil hay muchos profesionales que se responsabilizan de cada área, pero hay algunos trabajos que son totalmente desconocidos y que resultan, cuanto menos, llamativos. Se combina la artesanía con la última tecnología disponible durante todo el proceso, necesitando de la ayuda de escultores y diseñadores digitales por igual. Los diseñadores se encargan de crear el vehículo mediante programas informáticos, tanto en 2D como en 3D para partiendo de los dibujos presentados por otro equipo de diseñadores, posteriormente, facilitarles los planos a los artesanos quienes crearán ese coche usando arcilla. De hecho, actualmente se emplea incluso la realidad aumentada para desarrollar muchos aspectos del coche.
Y no lo decimos nosotros, es SEAT junto a su división Cupra, quien nos cuenta todo el proceso y quien nos descubre las profesiones más llamativas que afectan al diseño, desarrollo y fabricación de un automóvil. Por ejemplo, SEAT cuenta con costureros expertos para dar forma a los patrones de la tapicería. Los primeros diseños se realizan de forma artesanal y como experto modista, decide colores, texturas y combinaciones diferentes, necesitando más de 30 metros de costuras para tapizar un coche entero. Además, su trabajo se hace a dos años vista.
Otro trabajo llamativo es el probador de asientos. Es el responsable de las formas y el mullido de la espuma que lo forma. Junto con un equipo de profesionales especializados, ponen a prueba todo lo referente a los asientos y, entre otras cosas, abaten el respaldo unas 20.000 veces por cada variante de asiento (los coches actuales, según la versión, cuentan con varias opciones y tipos de asientos). También trabajan codo con codo con el costurero para encontrar el tejido y las costuras ideales para cada asiento y para cada tipo de cuero, pensando además en los efectos que podría tener la exposición a los cambios climatológicos.
El más extraño de todos los puestos de trabajo incluidos en la construcción de un automóvil es el ‘sommelier’. Un equipo de expertos químicos realizan más de 400 test olfativos al año (se exponen los coches a temperaturas superiores a los 60ºC), con el objetivo de encontrar un olor agradable y específico. Cada marca tiene su equipo de expertos y todos los coches que fabrican huelen igual. Es algo muy notorio en marcas como Mercedes o Audi, cuyos productos de alta calidad cuentan con una personalidad muy fuerte y el olor del interior es algo vital y que poca gente se da cuenta. Abrir la puerta de cualquiera de estos coches, significa percibir el mismo ‘olor de marca’. Como curiosidad, no pueden fumar ni usar ningún tipo de perfume para no alterar las pruebas olfativas.