La situación actual sobre contaminación y problemas derivados de la misma, ha provocado que algunas tecnologías se vuelva más populares de lo que han sido nunca. La electrificación, por ejemplo, se contempla como el futuro del automóvil y como algo muy novedoso, aunque en realidad, de novedad no tiene nada y se trata de una tecnología muy, muy antigua, aunque poco extendida en lo referente a la movilidad.
El automóvil, oficialmente, acumula más de 130 años de historia. Se considera que el primer coche tal y como lo conocemos (empleando un motor de combustión), data de 1886 y se creó el Alemania; el famoso Benz Patent Motorwagen Nº3. No obstante, éste no es, ni mucho menos, el primer automóvil que se creó, pues antes de su aparición hubo diversos intentos tanto con motores de vapor como, si, motores eléctricos. De hecho, se tiene constancia de un vehículo automóvil con motor de vapor creado en Francia por Nicholas-Joseph Cugnot hace cosa de 250 años. Concretamente en 1769 se comenzó con las primeras pruebas de circulación y poco después, protagonizó el primer accidente de circulación al chocar contra una pared (imagen inferior).
La humanidad siempre ha buscado formas de superarse a sí misma y durante esa búsqueda, la energía más popular ha sido la electricidad. El primer motor eléctrico data de 1834, mientras que la comercialización de vehículos automóviles animados por estos motores comenzó en 1852. Es decir, algo más de 30 años antes que el coche de Karl Benz (que por cierto, es el ‘Benz’ de Mercedes-Benz, por si alguien no lo sabía). No obstante, eran artilugios muy llamativos, ya que sus baterías no eran recargables… la tecnología para recargar las baterías ya estaba inventada, se presentó en el mismo 1852, pero su fabricación no era posible y hubo que esperar hasta 1880 para que las primeras baterías recargables de plomo y ácido comenzaran su fabricación industrial.
El motor de combustión interna acabó ganando la batalla por diversos factores, pero automóviles eléctricos hubo mucho antes e incluso, algunos que vinieron después, han pasado a la historia por sus logros. Por ejemplo, el primer coche en superar los 100 km/h fue el ‘La jamais contente’ (foto principal), un vehículo con forma de torpedo animado por un motor eléctrico, que logró superar una velocidad mágica por aquel entonces (como los 300 km/h en los 90 o los 400 km/h actualmente). Ocurrió en 1899, cuando Benz ya vendía su automóvil y registró una velocidad de 105,882 km/h.
Incluso hubo un equivalente a Tesla Motors: la Oliver P. Fritchle Company. Una empresa que comercializó el ‘One Hundred Mile Fritchle’ (Traducido, Fritchle 100 millas), un automóvil con motor eléctrico que prometía 100 millas de autonomía en llano (unos 160 kilómetros). Hablamos de 1908 y se aseguraba que la carga de sus baterías se completaba en una noche. De hecho, el creador de la empresa, Oliver P. Fritchle, tuvo que realizar un recorrido de pruebas para demostrar las cualidades del vehículo.
Como se puede comprobar, los coches eléctricos no son precisamente una novedad, tienen tanta historia y son tan antiguos como el propio coche. No obstante, la necesidad ha hecho que esta tecnología se recupere y vuelva a intentar dominar las calles. ¿Lo conseguirá?
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