Conducir usando el punto muerto, todos sabemos que existen muchos debates y opiniones sobre el uso del punto muerto, hay una creencia popular que dice que circular en punto muerto (cuando sea posible) ayuda a reducir el consumo y es beneficioso para el coche, pero también hay quien dice que esta práctica puede ocasionar fallos mecánicos… En este artículo vamos a resolver ciertas dudas y mitos que circulan sobre el uso del punto muerto.
En primer lugar, vamos a explicar brevemente que es es el punto muerto y que función tiene en nuestro vehículo. El punto muerto a nivel técnico representa una disposición de los elementos en los que no hay movimiento alguno, en los vehículos, hace referencia a la caja de cambios y significa que el movimiento del motor del coche no se está transmitiendo a las ruedas, por lo tanto, siguiendo esta definición, cuando estamos en punto muerto el motor del vehículo está totalmente encendido y operativo, pero no ejerce ninguna transmisión porque no hay ninguna marcha engranada.
Una vez que sabemos más o menos que es el punto muerto, vamos a proceder a desmentir ciertos mitos que circulan en la sabiduría popular.
El mito más extendido sobre el uso del punto muerto hace referencia al ahorro de combustible, muchos usuarios usan el punto muerto para bajar pendientes prolongadas o puertos de montaña pensando que de esa manera conseguirán ahorrar algo de combustible, pero en estas situaciones esa medida es un poco inútil ya que para no apagarse, el motor se pone en ralentí, esto provoca que haya un régimen bajo de revoluciones, el cual necesita de consumo de combustible, si bien es cierto, el consumo es reducido de unos 0,5l/h, por lo que usar el punto muerto en pendientes o cuestas prolongadas SI va a suponer un consumo de combustible.
Si por el contrario, hay una marcha engranada, las ruedas son las que mueven el motor en el caso de que circulemos por una bajada, esto hace que el consumo sea nulo, ya que la inyección no necesita trabajar para mantener el ralentí.
Tras desmentir este mito sobre el punto muerto vamos a proceder a decir algunas verdades sobre este tema.
La primera es que si lo ponemos en una bajada pronunciada, el coche se mueve por pura inercia, y dependiendo de la pendiente podemos llegar a perder el control, esto es verdad, ya que cuando se lleva una marcha engranada contamos con la ayuda del freno de motor que nos va reteniendo el movimiento de forma gradual, pero circulando en punto muerto aumentan las posibilidades de que el vehículo se descontrole y pueda llegar a causar un accidente.
Además, si llevamos el coche en punto muerto y no utilizamos el freno de motor, lo que pasa es que utilizamos mucho más los frenos convencionales del coche, por lo que provocaremos un desgaste mucho mayor tanto para discos como para pastillas de freno o del líquido.
Por otro lado, si la bajada es muy pronunciada y además se extiendo varios kilómetros, si utilizamos los frenos en punto muerto puede aparecer fatiga en los frenos y provocar una avería por abuso al usar los frenos. En los automóviles diesel, el uso de bajas revoluciones puede suponer una acumulación de carbonilla y a la larga una posible obstrucción.
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