Estamos viendo como los coches eléctricos toman mayor protagonismo día a día, con los fabricantes invirtiendo dinero en su desarrollo y los gobiernos apostando por su expansión, aunque todavía queda mucho por hacer tanto por una parte como por otra. No obstante, para muchos, la ‘revolución verde’ del automóvil está la vuelta de la esquina y el coche eléctrico tiene un futuro casi inmediato pero, ¿el coche eléctrico es realmente el futuro?
Bueno, es una pregunta que tienen tantas respuestas como personas a las que se pregunte. No está claro todavía si el coche eléctrico como lo conocemos ahora es el futuro del automóvil, pero sí ha quedado totalmente definido el futuro del automóvil en torno a la electricidad, ya sea extraída como ahora, en plantas de energía y con fuentes de dudoso respeto por el medio ambiente o bien, mediante la llamada pila de combustible, la cual requiere hidrógeno para generar electricidad y todavía es un camino bastante complejo y caro.
Muchos fabricantes ya apuesta por la electricidad, sólo hay que ver las gamas de productos de todo ellos. Toyota, a través de Lexus por ejemplo ha dejado de fabricar y comercializar motores diésel en favor de los coches híbridos, aquellos que combinan motores convencionales con uno o varios motores eléctricos. Otros prefieren apostar por los coches eléctricos ‘puros’, sin tener que recurrir a motores de combustión de ningún tipo mientras que hay un tercer grupo, por seguir mencionando opciones, que se decantan por el coche eléctrico de autonomía extendida los cuales usan un motor convencional como generador de electricidad ofreciendo consumos especialmente bajos. Incluso hay categorías en competición dedicadas en exclusiva a los motores eléctricos.
Con todo esto lo que se consigue es una evolución de estos motores para que algún día, sean una alternativa real frente a los coches de motor convencional, aunque falta por ‘corregir’ algunas pegas. Hablamos fundamentalmente de tiempos de carga y de autonomía, unas excesivamente largas y otras, demasiado cortas. Combinadas, son un horror.
Así que, volviendo a la pregunta que da título al texto, ¿el coche eléctrico es realmente el futuro? Pues parece ser el camino que se ha tomado. Los motores eléctricos se dominan a la perfección y su funcionamiento, así como su desarrollo, no tienen ningún secreto y no requiere de grandes cantidades de dinero. Su rendimiento es a todas luces, sobresaliente, con una entrega de potencia contundente pero lineal y siempre con la fuerza suficiente para salir de cualquier apuro. No vibran y no suenan, garantizan un confort de marcha absoluto y su capacidad de aceleración impresiona. Únicamente hay que conseguir eliminar unas pegas que no les permiten destacar frente a los vehículos convencionales.
Por otro lado, los coches eléctricos sólo son uno de los pasos a dar en pos de la movilidad sostenible. Otro de los puntos necesarios para que los vehículos no contaminantes sean una realidad completa, es emplear energía ‘limpia’ en su construcción, ofrecer baterías y materiales totalmente reciclables (actualmente las baterías contaminan muchísimo al final de su vida útil) y generar energía e hidrógeno sin contaminar (actualmente, más del 60% proviene de quemar combustible fósil).