Si a cualquiera de nosotros se le preguntara qué tipo de vehículo resulta más eficiente, casi todos estableceríamos una clasificación muy similar donde, con toda probabilidad estaría encabezada por los modelos eléctricos, seguidos de los híbridos, para finalizar con los que se alimentan de derivados del petróleo, es decir, gasolina y diésel.
LeasePlan ha realizado un concienzudo estudio para corroborar o descartar esta opinión tan extendida, y todo parece indicar que se han producido notables sorpresas. Se trata del primer trabajo de estas características que no sólo se limita a analizar el consumo de las principales tecnologías empleadas para propulsar un vehículo, sino donde también se tienen en cuenta la totalidad de costes que intervienen u otros aspectos trascendentales, como el tipo de recorrido efectuado.
El estudio, gracias a la extensa flota de vehículos de renting de la que dispone LeasePlan (más de 75.000), impulsados por los distintos sistemas anteriormente mencionados, ha resultado muy completo, obteniéndose datos fehacientes de cada una de las tecnologías. ¿Cuáles han sido los parámetros a tener en cuenta?
Para determinar la eficiencia real de cada tipo de combustible no se han tenido en cuenta sólo el consumo de los vehículos, sino también los costes a lo largo de su vida útil, es decir: coste de adquisición, del seguro, de mantenimiento y de los neumáticos, coste energético, de los impuestos y de la ITV.
Por lo que respecta a las tecnologías de impulsión, se han elegido las más extendidas en estos momentos entre su flota y que, además, con toda probabilidad serán las que tengan un mayor desarrollo en los próximos años, limitándose a las cuatro siguientes: gasolina, diésel, híbrida y eléctrica.
La elección de los vehículos también era muy importante para que los datos finales fuesen extrapolables al mayor número de usuarios posible, por tanto se realizaron con vehículos pertenecientes a los segmentos B y C (los de mayores ventas), descartando todo-terrenos, monovolúmenes o vehículos industriales. Por supuesto eran de diferentes marcas y con potencias comprendidas entre los 90 y 110 CV, con consumos teóricos muy similares. En el caso de los vehículos eléctricos las mediciones se realizaron en kWh/100km mientras que en el resto en los habituales l/100km.
Los recorridos se han efectuado en diversas ocasiones, con los mismos vehículos, durante un periodo de 2 meses, tanto por zonas urbanas, como carreteras secundarias y autovías o autopistas, cubriendo una distancia similar por cada una de ellas. La limitación más importante ha venido dada por la autonomía de los vehículos eléctricos, para no tener que incluir el periodo de carga de los mismos. Los recorridos fueron los siguientes: Ruta Urbana, de 41 km de recorrido a una media de 50 km/h; Ruta Autopista/Autovía, de 52 km de recorrido a una media de 120 km/h y Ruta por Carreteras Secundarias, de 67 km de recorrido a una media de 90 km/h.
Un último asunto referido a la metodología se refiere a que se ha estimado un kilometraje anual de 20.000 km/año (unos 55 km diarios), un periodo de utilización de 6 años y se han calculado en base a los precios del combustible y la energía publicados por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo a Diciembre de 2012.
Pero vayamos a lo más importante que son los resultados y las conclusiones del estudio, inferidos de este importante cúmulo de datos:
• Consumos obtenidos para cada tecnología y tipo de vía:
• Los vehículos diésel son los más eficientes en los recorridos más comunes para conductores que viven en grandes ciudades o en el extrarradio (70% autopista, 20% ciudad y 10% carreteras convencionales). El coste por kilómetro sería de 0,3150 euros para un vehículo diésel, 0,3158 euros para un gasolina y 0,3231 euros para el híbrido. En estas circunstancias, un vehículo diésel supondría un ahorro de casi 600 euros respecto a un gasolina, casi 2.000 euros respecto a un híbrido y más de 20.000 respecto a un eléctrico.
• Los vehículos de gasolina son más eficientes si se aumenta el recorrido por carretera convencional (65% ciudad, 30% carretera convencional y 5% autopista). El coste por kilómetro sería de 0,3125 euros para el gasolina, 0,3150 euros para el diésel y 0,1381 euros para el híbrido. De esta forma, eligiendo este tipo de motorización, se podrían ahorrar unos 150 euros respecto a los híbridos, unos 300 euros respecto a los diésel y más de 16.000 euros respecto a los eléctricos.
• En los trayectos urbanos (95% ciudad y sólo un 5% carreteras convencionales) el coste por kilómetro sería de 0,3168 euros para los híbridos, 0,3174 euros para el gasolina y 0,3206 euros para el diésel. Lo que viene a significar que los mejores datos corresponden a los vehículos híbridos, ahorrando 100 euros respecto a un modelo de gasolina, 450 euros sobre un vehículo diésel y 12.000 euros sobre un vehículo eléctrico.
Lo que resulta más llamativo de este estudio es que, según se infiere de los datos obtenidos:
• LOS COCHES ELÉCTRICOS NO SON COMPETITIVOS. Si bien su gasto energético es muy inferior al del resto de los modelos analizados (especialmente en el ámbito de la conducción urbana), tienen como contrapartida que cargar con un coste de adquisición muy elevado. Y esto los lastrará hasta que su precio de compra no se equipare a los vehículos movidos por otro tipo de tecnologías. Además su autonomía, muy limitada, también supone un importante hándicap de cara a los usuarios para su expansión definitiva.
Incluso si los precios de los combustibles sufrieran subidas del 5%, el 10% o hasta el 25%, se establecerían ligeras diferencias entre los vehículos diésel, los gasolina y los híbridos, alternándose las posiciones en función del tipo de recorrido elegido, pero siempre dejando relegado, por el momento, al último lugar al vehículo eléctrico, refiriéndonos a la eficiencia en términos de coste.
Desde luego los datos aportados por este estudio parecen incontestables, a día de hoy, ¿Cuál es tu opinión al respecto? ¿Hacia dónde evolucionarán estos datos en el futuro? Esperamos vuestras opiniones.
Fuente (www.coches.com) 09/05/2013