Es por nuestra seguridad. Así es como justifica la DGT la instalación de radares en las carreteras españolas y la elevada inversión en los diferentes Pegasus que sobrevuelan esas carreteras en busca de infractores. Un tema que sigue siendo fuente de polémica y está rodeado de un alo recaudador que resulta fuente de críticas, quejas e incluso vandalismo hacia los cinemómetros. Las asociaciones de conductores y ciertos sectores de la población son los que más critican la mucha inversión en métodos sancionadores, siendo mínima en revisión y mejora de la infraestructura.
La Dirección General de Tráfico tiene instalados más de 1.800 radares fijos, de tramo y móviles, en las carreteras españolas. Pero ello no ha supuesto un descenso de la siniestralidad con un total de 1.160 fallecidos en accidentes de circulación el pasado 2016, lo que supone 29 víctimas mortales más en 2015. Lo que si ha supuesto es un aumento de la recaudación de un 37%, pasando de 120 millones de euros en 2012, a 164 millones de euros en 2016.