Durante el verano, las altas temperaturas pueden poner en riesgo aspectos muy importantes de tu coche. Descubre cómo solucionar esos problemas.
Parece que este año el verano y el calor se hacen de rogar… pero el verano y el calor ya están aquí. En estas fechas se utiliza el coche para viajar o hacer alguna excursión. El calor afecta negativamente al rendimiento del motor y éste pierde potencia. Además, aumenta el riesgo de averías. Durante este verano se prevé que 1,3 millones de vehículos necesiten asistencia en carretera, una media de 14.100 vehículos al día. La gran parte de las averías, un 35% serán del sistema de aire acondicionado o de climatización, según datos del Grupo Red Europea de Garantías de Vehículos (REGV). Pero hay otras partes del coche sensibles a las altas temepraturas.
Aqui teneis una serie de consejos para cuidar el coche y para el correcto funcionamiento del aire acondicionado durante los meses de verano:
•Vigila la temperatura de tu motor. El indicador suele estar en el salpicadero al lado del indicador de combustible. En frío, estará en la posición más baja, pero a los 5-10 minutos debería alcanzar la temperatura óptima (unos 90 grados). Vigila que nunca debe llegar a la zona roja si no quieres quemar el motor. Si lo hace, una solución de emergencia es poner la calefacción del coche al máximo posible, ya que así liberas calor del motor y evitas un mal mayor.
•En verano los neumáticos alcanzan una mayor temperatura, sobre todo circulando rápido. Si llevamos la presión demasiado baja, la banda de rodadura se calentará más todavía, algo que acortará su vida hasta en un 15%. Por eso, entre los consejos para poner el coche a punto antes de hacer un viaje, recomendamos revisar la presión de las ruedas. Los neumáticos son susceptibles de padecer problemas como consecuencia directa de las elevadas temperaturas del asfalto. En 2012 se produjeron alrededor de 150.000 pinchazos durante los meses de verano.
•Para frenar, las pastillas de freno rozan contra el disco. Esto genera calor y en verano las temperaturas que alcanzan son todavía mayores. Además, debido al calor exterior, es más difícil su refrigeración. Estas circunstancias provocan que sea más fácil que los frenos se sobrecalienten. El coche frena mucho menos y se acorta la vida del líquido de frenos y los discos pueden deformarse. Para un buen mantenimiento de los frenos, en bajadas prolongadas, utiliza marchas cortas para pisar menos los frenos y evitar la conducción agresiva.
•Intenta aparcar en la sombra, sobre todo en las horas centrales del día. Ten en cuenta también los movimientos del sol, pues quizá en el momento de dejar el coche se quede al sol, pero al rato estará a la sombra. Coloca siempre un parasol en el parabrisas delantero (y si quieres también en el trasero) y utiliza protectores para el volante. Te evitarás esos “momentos terribles” de volver a conducir y quemarte las manos, lo que aumentará tu seguridad.
•Lava el coche de forma regular. Los más sibaritas pueden utilizar cera con absorbente para rayos ultravioleta, que protege la pintura del coche de los daños causados por el sol. Las partes de cuero y vinilo del interior requieren también una limpieza especial para que no envejezcan rápidamente.
•El aire acondicionado en verano es prácticamente imprescindible. Uno siempre puede enfriar un poco el coche con algún truco casero, pero a la hora de la verdad un sistema de climatización en buenas condiciones es lo único que te salvará del calor.
fuente (coches.com)