Eterna pregunta. ¿Qué combustible pongo? ¿Es realmente mejor el combustible ‘premium’? Dudas que alguna vez hemos tenido a la hora de repostar con nuestro coche. Hay quien llena el depósito con el combustible premium porque según la marca, es mejor (y punto) y por supuesto, está quien lo pone en duda. Es por ello que vamos a contarte algunas cosas al respecto.
De entrada, todos sabemos que un combustible premium puede suponer hasta casi cuatro euros extra en caso de llenar el depósito por completo. No es una cifra elevada, si la tenemos en cuenta en solitario. Pero, ¿cuantas veces repostas al mes? ¿y al año? Esos cuatro euros, así de golpe, se han convertido en cientos. Por ejemplo, si acudimos a repostar una vez a la semana, tendremos una media de 16 euros extra en total (unas cuatro veces al mes de media). Al final del año este coste aumenta hasta casi 200 euros. Cifra que debemos sumar al gasto normal de combustible barato.
Una cuantía que crece, evidentemente, cuanto más combustible gatemos. Antes, usar combustible ‘del caro’, tenía ciertas ventajas como un bajo contenido en azufre. Esto mejoraba las emisiones y el comportamiento general del propulsor. No era mucho, pero se notaba. Pero desde 2009 los combustibles deben ser ‘sin azufre’ (menos de 10 partes por millón) así que dicha ventaja desaparece. En teoría, usar gasolina o gasóleo ‘caro’, ofrece otros beneficios.
Tenemos que partir de una base: el carburante que se vende en España procede, al completo, del mismo sitio. No importa la marca de la gasolinera donde se reposte, ni el lugar del país donde nos encontremos, el carburante es el mismo. El responsable de los combustibles en España es CLH, Compañía Logística de Hidrocarburos. La empresa líder en nuestro país de almacenamiento y transporte de productos petrolíferos que suministra tanto la gasolina como el gasóleo a todos por igual. Es decir, el carburante que llega a las instalaciones de cada suministrador es exactamente el mismo. Sin importar la marca.
Una vez tenemos claro esto, pasamos a ver porque hay esa diferencia de precios y la respuesta es muy sencilla: los aditivos que usa cada marca. Una serie de componentes y fórmula que se guardan bajo absoluto secreto diseñados y desarrollados para cumplir ciertos objetivos. Por norma general, se persigue mantener limpios algunos componentes del motor (válvulas, turbo, inyectores…) y mejorar la combustión generando menos residuos en el interior del propulsor, como la conocida ‘carbonilla’ en los diésel (restos de combustibles mal quemados). No importa si es gasolina o diésel, la situación es la misma.
Dichos aditivos, además, mejoran el arranque en frío en los diésel y hacen que la combustión, que de por sí es lenta en estos motores (por eso no tienen tantas revoluciones como los gasolina), sea más rápida dando la impresión de mayor potencia. Y queremos recalcar eso de ‘IMPRESIÓN’. Los combustibles caros no aumentan la potencia del motor en ningún caso.
Por otro lado, si provoca que los motores, principalmente lo diésel por su configuración, funcionen con una mayor finura, con menos vibraciones y un menor consumo. Es una reducción mínima, pero quizá permita estirar cada depósito hasta 100 kilómetros según algunos usuarios. Pero esto es debido a la mejora en la combustión del gasóleo. Las prestaciones son las mismas.
Siguiendo con los motores diésel, que son los que más notan el cambio de combustible, podríamos evitar ciertas averías usando gasóleo caro. Esto pasaría a muy largo plazo y si cumplimos con los plazos de mantenimiento establecidos por el fabricante del coche, es posible (casi seguro en un 95%), que nunca se llegue a notar la diferencia entre un combustible y otro más allá del gasto al llenar el depósito.
¿Conviene por tanto su uso? Depende de cada cual, pero si solo tenemos el cuenta el precio, la respuesta es totalmente negativa. No obstante, hay cosas que se pueden aprovechar. Los combustibles caros llevan productos detergentes que limpian el motor, así que cuando se acerque la fecha de pasar por la ITV, durante el mes anterior por ejemplo, no está de más usar combustible del caro para que limpie los posibles residuos del motor y no haya problemas con la prueba de emisiones.
Si el fabricante de nuestro coche dice que debemos usar combustible premium, principalmente en modelos de altas prestaciones, usar el barato puede ocasionar pérdidas de potencia y un mayor consumo. Dependiendo del modelo, pueden aparecer vibraciones, exceso de emisiones e incluso averías. No está de más que lo tengamos claro.