En este caso, Hemos reunido 10 consejos en una lista, para que siempre esté el coche a punto, y de esta manera evitar alguna que otra visita al taller:
1. Limpiar la luna del coche
A todos nos pasa que, hay veces que con el reflejo del sol, no somos capaces de visualizar bien la carretera. El reflejo que se apodera de nuestro campo de visión, nos impide que llevemos a cabo una conducción adecuada. Por ello es necesario lavar el vehículo, y hacer especial hincapié en todos los cristales que rodean nuestro vehículo.
Recomendamos usar un par de paños de microfibras. Al terminar de lavar el coche, eliminamos los restos de agua con uno de los paños, siempre de arriba a abajo, evitando la limpieza circular. Una vez seco, pasamos el segundo paño (debe estar seco), en la misma dirección, para evitar las marcas. Además de esto, la limpieza también debe hacerse por la zona interior de los cristales. Siempre con el mismo patrón, paños de microfibra y siguiendo una dirección única.
En las tiendas especializadas venden productos para limpiar las lunas, pero si no, se pueden usar productos del hogar, siempre y cuando las cantidades usadas sean reducidas. Por último, siempre que limpiemos las lunas, se deben limpiar también los faros, para eliminar así cualquier resto de suciedad que pueda impedir su función principal.
2. Comprobar la presión de los neumáticos
Una tarea que te llevará tan solo unos minutos y que es crucial para la seguridad vial, pues unos neumáticos con la presión baja, no hacen bien su trabajo, el coche es inestable y el tiempo de frenada aumenta. Además, consumes más combustible.
Por tanto, para evitar estas situaciones (que le ocurren a uno de cada dos conductores) , comprobar la presión es muy fácil. Nos acercamos a cualquier gasolinera y con el manómetro de aire que ofrecen, comprobamos en qué presión se encuentran los neumáticos. Si algún lector se está preguntando, cuál es la presión a la que deben estar, tan solo necesitamos comprobar la pegatina que suele ir en el hueco de la puerta del conductor (o al lado de la boca del depósito). Ahí, nos especifican la presión correcta, o si no, en el manual de taller también lo indican. Entonces colocamos el manómetro y miramos la presión que nos indica, e inflamos el neumático, hasta llegar a la cifra indicada.
Como dato a tener en cuenta, es necesario que la comprobación se haga con el coche lo más frío posible, pues unas ruedas que han cogido temperatura, no muestran la misma presión estando frías. Las medidas serán ficticias. Por ello recomendamos esperar unos minutos antes de realizar la comprobación.
3. Mirar el nivel de aceite
El aceite es el lubricante que mantiene con vida nuestro motor. Es un tema al que no se le suele prestar atención, pero es de vital importancia. Por ello recomendamos realizar unas revisiones exhaustivas al respecto.
Necesitamos localizar la varilla de color amarillo (aunque hay ocasiones en las que es de otro color). La extraemos y limpiamos, y la volvemos a introducir para obtener una medida correcta, la cual debe ir entre las dos marcas que tiene la varilla. Muy importante que el aceite esté en esa zona, ni por debajo, ya que el motor se queda sin lubricación, ni por encima, pues el exceso puede ser igual de maligno para preservar el estado del motor.
Además, la medición se debe llevar a cabo con el motor frío y en una superficie sin inclinar, todo ello para evitar las falsas mediciones.
4. Seguir las instrucciones del mantenimiento del manual del coche
Cada coche es un mundo y, aunque estos consejos universales que os ofrecemos sean muy efectivos, hay determinados vehículos que requieren unas revisiones más exhaustas con otros periodos de comprobación.
Si no tienes el manual de tu vehículo, hazte con uno, y revisa todas las pautas del apartado de mantenimiento. Todo ello, para mantener siempre el estado del coche en las mejores condiciones.
5. Cambiar el filtro de aire cada 15.000 km
El filtro de aire es el que evita que la suciedad exterior se introduzca en el interior del motor. Una pieza clave para que el vehículo rinda al máximo y se mantenga en perfectas condiciones.
Un filtro en mal estado, puede causar una disminución del rendimiento, y en muchos casos, puede introducir residuos al interior de las cámaras. Es por ello por lo que recomendamos cambiar el filtro cada 15.000 km, aunque lo ideal sería sustituirlo al mismo tiempo que se cambia el aceite del motor. Así evitamos que se nos pase por alto.
6. Rotar las ruedas cada 10.000 km
Las ruedas delanteras sufren un desgaste diferente al de las ruedas traseras. Dependiendo del tipo de tracción unas se consumen antes que otras, así como las irregularidades de la carretera que propician el mismo.
Rotar las ruedas delanteras donde las traseras, y viceversa, ayudará a que el coche ruede mejor y, además, el desgaste es más natural, ahorrándote el dinero de los cambios prematuros.
7. Lavar el coche con regularidad
No solo es necesario lavar las lunas del coche, sino que un lavado completo es fundamental. No tardarán en llegar las heladas y en muchas localidades las nevadas. La sal es la principal causa de corrosión de los chasis. Es necesario limpiar la carrocería, sobre todo por la parte baja de la misma.
Como consejo, recomendamos que, según se termine de limpiar, no guardemos el coche en el garaje. El coche necesita rodar para que el agua no filtre y se quede estancada en los rodamientos y rótulas. A diferencia de la conducción por lluvia, en caso de guardar el coche, las rótulas no están en funcionamiento, y con el paso de tiempo lo que vamos a conseguir es que se deterioren si no hacemos un par de kilómetros al terminar de lavar el coche.
8. No almacenar basura en el interior
Este no es un consejo de mejora del rendimiento del vehículo, pero si lo es a nivel personal. El coche es un lugar en donde pasas muchas horas. Una limpieza interior ayuda a reducir el nivel de estrés y por consiguiente, te evitará más de una disculpa cuando entren pasajeros inesperados.
9. Comprobar el estado de las luces
La comprobación del estado de los pilotos ya no solo se realiza para evitar una multa, sino que las luces de tu coche son un importante elemento de seguridad. Tanto tuya (te permiten ver en la oscuridad), como la de los demás conductores (permiten que te vean).
De vez en cuando, deja las luces puestas, así como los pilotos de emergencia, y revisa todos y cada uno. En caso de que haya algún piloto fundido, alcanza las bombillas de repuesto y sustituye la que está en mal estado, por la parte trasera del foco.
10. Asegurarte del estado de las tuercas de las ruedas
Comprobar los tornillos o tuercas que unen las ruedas a los bujes es un tema al que no se le presta la suficiente atención, pero es un detalle que podemos realizar de vez en cuando, que nos evitará más de un susto en la carretera.
Asimismo, los que llevéis un tornillo de menos en las ruedas, comprobadlo, y solucionad el tema lo más rápido posible. Son numerosos los conductores que conducen con un tornillo de menos en las ruedas y en muchos casos, ni lo saben. Es un aspecto que pone en peligro la seguridad del vehículo.
fuente: coches.com