El piloto belga Camille Jenatzy, el “Demonio Rojo”, alcanzó 105,896 km/h el 29 de abril de 1899. Lo hizo con el Jamais Contente, un coche con dos motores eléctricos.
El belga Camille Jenatzy (1868-1913) era un famoso ingeniero y piloto de gran talento, apodado “Le Diable Rouge” (el Diablo Rojo) por el color colorado de su barba. Bajo sus órdenes y siguiendo sus planos la “Compagnie Internationale des Transports de Paris” realizó varios prototipos de vehículos, sobre todo coches eléctricos.
Pero sobre todas las cosas Jenatzy es conocido porque haber batido tres veces el record mundial de velocidad sobre tierra y por ser el primer hombre en romper la barrera de los 100 km/h.
El 17 de enero de 1899 en Achères, Yvelines, cerca de París, Francia, alcanzó la velocidad de 66,66 km/h en kilómetro lanzado, pilotando un coche CGA. Fue un récord , fue batido aquel mismo día por Gaston de Chasseloup-Laubat, pero el 27 de enero Jenatzy alcanzó los 80,35 km/h. Este record fue batido de nuevo por Chasseloup-Laubat, que aplicó conceptos aerodinámicos a su “Jeantaud”. Jenatzy respondió con un tercer record el 29 de abril, alcanzando un registro de 105,88 km/h conduciendo un vehículo eléctrico denominado “Jamais Contente”. Era la primera vez en la historia que un hombre superaba los 100 km/h.
El vehículo estaba construido en una aleación ligera de aluminio, tungsteno y magnesio. Y tenía una novedosa forma de torpedo, aunque la aerodinámica no era su fuerte… sobre todo teniendo en cuenta la posición del conductor y su chasis inferior.
Estas eran las características técnicas del Jamais Contente:
– Dos motores eléctricos “Postel-Vinay“ con una potencia de 67 CV. Estaban situados en la parte posterior, entre las ruedas, y actuaban directamente sobre las ruedas traseras motrices, y podía acoplarse en serie o en paralelo.
– La alimentación del motor era mediante baterías de acumulador “Fulmen”.
– El peso total del coche era de 1,5 toneladas.
– Las suspensiones delanteras eran por resortes semielípticos y las traseras por resortes dobles y semielípticos.
– La dirección era por barra franca y se accionaba a través de una palanca.
– Los frenos traseros, de tambor, se accionaban mediante una palanca.
– Las ruedas eran especiales y los neumáticos Michelin.
– La longitud del coche era de 3.60 metros, y la anchura de 1,56 metros.
En esta loca carrera por los récords de velocidad, en 1902, su record fue superado por Leon Serpollet. Pero Jenatzy recuperó su record al año siguiente, en la “Gordon Bennet Cup” en Athy, Irlanda, a los mandos de un Mercedes.
Camille Jenatzy murió en 1913 en un accidente que caza. Se escondió detrás de unos arbustos y se puso a imitar ruidos de animales para asustar a sus amigos de cacería, pero la travesura le costó cara. Sus amigos, oyeron el ruido y uno de ellos, Alfred Madoux, director del diario L’Etoile Belge, disparó creyendo que era un animal salvaje.
Fuente: coches.com desde conceptcarz