El problemas de las emisiones contaminantes de los coches diésel está yendo mucho más allá de lo que se podría esperar. No sólo está afectando a Volkswagen, quienes iniciaron el escándalo tras ser ‘cazados’ en Estados Unidos. Si hacemos un poco de memoria, Volkswagen tenía instalado un dispositivo que detectaba cuando estaba siendo sometido a pruebas y modificaba los parámetros para superar las normas anticontaminación, volviendo a cambiar en circulación ‘real’, pero emitiendo más de lo permitido.
La situación, además de costarle a Volkswagen la prohibición de vender sus motores TDi en Estados Unidos y una multa que alcanza la mareante cifra de 23.000 millones de dólares, está teniendo muchísimas repercusiones. Por un lado, los diferentes gobiernos han puesto los ojos encima de los motores diésel de todos los fabricantes. Se han iniciado investigaciones y ya han caído algunos como Mitsubishi, quien confesó haber trucado motores, mientras que otros como Renault en Francia o el Grupo FCA (FIAT-Chrysler Automobiles) en Estados Unidos, están siendo investigados por el tema de las emisiones.
Por ahora en Europa todo va muy despacio y no hay sanción de importancia, salvo pequeñas vistas de particulares frente a la marca. Pero desde Bruselas parece que van tomando las medidas para comprobar hasta dónde llega el problema e incluso se ha llegado a multar a diferentes países por hacer caso omiso y no reaccionar frente a la infracción como ha ocurrido con España. Además, tras esta sanción, se pidió a nuestro gobierno que analizara las emisiones de un total de 30 modelos homologados en España entre diciembre de 2015 y agosto de 2016, pues todo coche homologado en nuestro país es válido para la Unión Europea al completo.
De esos 30 coches, al final sólo se analizaron 16 en total por supuestos problemas presupuestarios y si no llega a existir la Ley de Transparencia, nunca sabríamos los resultados de esos estudios, pues el Gobierno de España se había negado completamente a publicarlos. Desconocemos evidentemente el porqué de esa negativa, pero las ONG Ecodes y Transpor Environment han sido los artífices y quienes han presionado para que finalmente se publiquen los resultados. Resultados por cierto, nada alentadores.
Según ha facilitado el Ministerio de Industria, todos los coches analizados, sin excepción, han superado lo permitido por la normativa de emisiones. Y en algunos casos, por mucho. Las cifras están entre 1,8 y 12,6 veces mayores de lo establecido en las Euro 5 y Euro 6 sobre las emisiones permitidas en vehículos homologados en Europa. Son datos que concuerdan con los obtenidos por otros países como Reino Unido y que han tenido a modelos de Nissan y SsangYong como los que en mayor margen superaban los límites. Viendo los resultados, el Ministerio de Industria se puso en contacto con las marcas para pedir explicaciones y ambas marcas respondieron lo mismo:
‘Debido a motivos de seguridad del vehículo y de acuerdo con lo permitido en la reglamentación europea, algunos dispositivos de control de emisiones son desactivados cuando la temperatura ambiente no se encuentra en unos niveles concretos’.
En el Ministerio de Industria han dado por buenas estas explicaciones (no les queda otra) pero ‘matizan’ algunas cosas como que ‘sería deseable una mayor clarificación, por parte de la Comisión Europea, con respeto a las condiciones de uso de dichos dispositivos’ y continúan exigiendo a los fabricantes una mayor claridad sobre ‘cuándo se produce la activación y desactivación de los dispositivos de control de emisiones’.