Un vehículo está compuesto por miles de componentes que pueden llegar a ser realmente pequeños. Además, no sólo requiere de llenar el depósito de combustible para poder circular, sino de una instalación eléctrica completa y muy compleja. Instalación que, obviamente, necesita el montaje de unos fusibles.
Que la presencia de los fusibles del coche pase totalmente desapercibida se debe a la ausencia de averías, aunque cuando se rompen, son un quebradero de cabeza ya que es lo último en lo que se piensa. Pero su instalación es obligatoria para todo el sistema eléctrico del vehículo funcione correctamente.
Los fusibles del coche, como los de cualquier casa, tienen como objetivo salvaguardar la seguridad de la instalación. Y al igual que en casa, cada fusible está pensado para diversos tipos de amperaje, acorde con el sistema eléctrico que tiene que proteger. Son pequeños y se identifican por colores y un número.
Cuando un fusible se rompe, además de cambiarlo, se debería revisar la instalación por si hubiera otra avería secundaria que haya provocado la subida de tensión. Puede que sea un aumento provocado por una casualidad momentánea, pero no está de más comprobar para evitar problemas mayores.