El automóvil moderno es un compendio de tecnología espectacular, capaz de hacer cosas inimaginables hace pocos años. Un coche actual, medianamente equipado, incorpora cámaras que vigilan los alrededores del vehículo y avisan al conductor de posibles objetos que no han sido vistos. Lleva sensores que ven cosas en el camino a decenas de metros de distancia, sean peatones, ciclistas o animales. Pueden frenar o corregir la trayectoria sin intervención del conductor. Monitorizan a quien conduce y pueden llegar a la conclusión de si la persona está cansada y necesita un descanso. Incluso pueden circular por su cuenta y riesgo son que las personas a bordo hagan absolutamente nada.
La industria del automóvil es una de las más innovadoras del mundo y los desarrollos que aparecen cada día, sorprenden por su utilidad, por su eficacia e incluso por el alcance que pueden llegar a tener. Sirva como ejemplo la aparición del sistema antibloqueo de frenos, el famoso ABS o el control de estabilidad, el llamado ESP (aunque cada marca lo denomina como quiere) Sistemas que gracias a su funcionamiento y a la seguridad que aportar a los ocupantes del vehículo, pronto se convirtió en un sistema obligatorio si cualquier marca quería vender coches en Europa. Pasaron de ser un extra que se pagaba a parte, a ser equipados de fábrica en todos los coches que se venden en Europa, sin importar su categoría, tamaño o precio.
Son muchas cosas las que se han creado para usar en un coche moderno, muchísimas, aunque muchos conductores ni siquiera saben para qué sirve y hay hasta personas que ni siquiera saben lo que equipa su coche. No obstante, en España, los conductores gustan de coches muy equipados, tanto en seguridad como en sistemas de asistencia a la conducción o infoentretenimiento. Así lo afirma un estudio que también afirma que uno de cada tres conductores desconoce que los extras equipados en su coche influyen en el precio de las revisiones, del mantenimiento, influyen en la garantía y hasta en el precio del seguro. Otro punto que destaca el estudio, es una opción que los conductores consideran un capricho: los asientos deportivos, con calefacción y ventilación y/o tapicería de cuero.
Datos llamativos, que dan forma al mercado español del automóvil y que tiene otra curiosidad más. Los conductores españoles consideran como imprescindibles extras como la cámara de aparcamiento, los mandos en el volante o el navegador GPS. Entre los mencionados, el extra más valorado es el navegador, con un 20% de los encuestados, mientras que la cámara y los mandos en el volante empatan con el 14%. De todas formas, hay un dato que es todavía más llamativo, pues el 83% de los encuestados considera que resultaría útil una lista de extras donde se indique su utilidad para tomar una buena decisión. Al parecer, más de la mitad afirma desconocer la correcta utilización de los extras equipados en sus vehículos.
Un total de seis de cada diez españoles no gastaría más de 1.000 euros en los extras del coche, un 57% de los encuestados. Por otro lado, el 17% destinarían entre 1.000 y 2.500 euros a equipar el coche, un 15” invertiría entre 2.500 y 3.500 euros y el 15% afirma que se gastaría más de 3.500 euros en la lista de opciones.