Cuando nos disponemos a comprar cualquier artículo siempre buscamos el ‘bueno, bonito y barato’, algo que es complicado de conseguir porque bonito puede ser independientemente de su precio, pero si es bueno no suele ser barato. Y además, no importa que sea una cosa a estrenar o usada, esta acción es una norma. Es por eso que en el mercado de coches de ocasión nos encontramos siempre con la misma práctica que lleva muchísimos años haciéndose: bajar los kilómetros del odómetro. Una práctica que es ilegal ya que representa una estafa, pero las ansias de la gente por comprar calidad a precios de risa conlleva que esta manipulación siga muy vigente, más aún con los marcadores electrónicos lo que puede provocar que hayan bajado los kilómetros a un coche usado.
Durante mucho tiempo, y seguramente todavía se siga haciendo, cuando un coche usado llegaba a un compra-venta, éste invertía lo justo en dejarlo presentable adecentando carrocería, interiores y sí, bajando los kilómetros del coche para que fuera todavía más atractivo de cara a su venta. Evidentemente es muy complicado saber si la cifra que marca el cuentakilómetros está manipulada, pero podemos servirnos de algunos detalles para intentar, al menos, llegar a la conclusión de si los kilómetros indicados concuerdan con el estado del coche.
Lo primero que debemos hacer es desconfiar de los chollos, nadie da duros a pesetas como se suele decir, la calidad hay que pagarla y un objeto, sea el que sea, pierde valor con el uso continuado. Por otro lado, si estamos interesados por ese chollo ya que se trata de algo irresistible, deberíamos fijarnos en algunos apartados para evitar que nos la terminen colando. Por ejemplo, el estado del volante dice mucho sobre el uso del mismo, hay que fijarse en el desgaste general, si tiene brillos o el tapizado está pelado y desgastado.
Otros puntos a revisar serán los pedales, el desgaste general de su recubrimiento de goma delata sus kilómetros. Hay quien anda avispado y los cambia, pero entonces podremos fijarnos en la botoneria y en el mullido del asiento del conductor, que con los kilómetros siempre cede, además, que cuando esto ocurre el aspecto del mismo suele ser un poco feo.
Más puntos a revisar son los tiradores de las puertas, si están pelados o rotos, así como el suelo bajo las alfombrillas, sobre todo en el puesto del conductor. Las gomas de las puertas pueden ser un buen indicador aunque nadie se fije en ellas.
Si el estado de todo lo mencionado concuerda con los kilómetros que marca, podemos pedir el libro de revisiones que debería tener todos los sellos puestos con los kilómetros a los que se hizo cada revisión.