La Inspección Técnica de Vehículos es un trámite que todos los conductores deben cumplir con sus respectivos coches. Se trata de comprobar si nuestro vehículo, cumple las exigencias mínimas para poder circular por las carreteras españolas con suficiente seguridad. Compartimos las vías públicas con muchas otras personas y es imprescindible contar con un automóvil en un estado de conservación adecuado, para no crear problemas y/o accidentes.
Para muchas personas, este trámite supone un escollo, algo que no gusta hacer y que en ocasiones, supone un quebradero de cabeza. Esto se debe principalmente al coste de la misma, a las colas que se deben esperar en algunas estaciones de ITV y, muchas veces, en la arbitrariedad de las inspecciones, suceso que cambia considerablemente con la nueva Inspección Técnica que entró en vigor a finales de 2017. Reglamento, por cierto, que se ha vuelto más exigente y que supondrá, con toda seguridad, un aumento de rechazos.