La búsqueda de soluciones para atajar el problema de la contaminación se ha centrado, casi en exclusiva, en uno de los motores que ha dominado el mercado durante décadas: el diésel. Una tecnología que, gracias a las diversas evoluciones e inversiones por parte de los fabricantes se ha vuelto extremadamente limpio gracias a sistemas como el filtro de partículas, los catalizadores, nueva alimentación con inyección de altísima presión o el AdBlue con inyección de urea.
Motor TDI
Volkswagen sigue apostando por el diésel y presenta un nuevo motor TDi
El concepto de movilidad ha cambiado una barbaridad. Actualmente, muchos opinan que tener un coche en propiedad ya no es rentable ni interesantes, mientras otros aseguran que el futuro del sector está en la electrificación. Incluso las diferentes administraciones internacionales están poniendo toda clase de normas y subvenciones para potenciar la adquisición de unos motores u otros.
Por el momento, la tecnología que peor está saliendo parada es la diésel. Todos echan la culpa a estos motores de la contaminación de las ciudades, o al menos, de parte de ella. Se basan en estudios realizados en torno a estos motores, que obvian, por completo, a los motores de gasolina y por tanto, sin tener en cuenta sus niveles de contaminación. Esto es importante porque con la tecnología actual, con los avances logrados y con la evolución del automóvil, los motores diésel contaminan igual que los gasolina.