Volvo

Cuando se habla de Volvo, se habla de seguridad y de una fuerte inversión en investigación y desarrollo con esa finalidad. Es la mayor característica de la marca desde hace décadas, así como uno de los mayores valores que ofrecen sus automóviles. Es, sin lugar a dudas, el referente en cuestiones de seguridad en caso de accidente y el espejo en el que todos los fabricantes se miran.

Los Volvo siempre se han caracterizado, además, por un diseño donde abundan las líneas rectas. Coches sobrios, sin complicaciones y duros como rocas. Su fiabilidad es conocida en el sector por estar entre las mejores, fabricando coches que, como se suele decir, son para toda la vida. Vehículos de calidad, bien diseñados y siempre pensando en sus ocupantes.

Esto no quiere decir que Volvo sea una firma aburrida. Es hecho, son especialistas en motores turbo y cuentan en su haber con modelos que han dejado en entredicho a otros con mucho más nombre. Modelos como los Volvo 850R, un familiar con 250 CV turbo rápido como un deportivo o los Volvo S60 R con 300 CV y tracción total, son algunas de las muestras del saber hacer de este fabricante sueco más preocupado por otros aspectos.

La siguiente para de Volvo como fabricante de automóviles de alta gama es la electrificación. El objetivo es fabricar únicamente automóviles híbridos y eléctricos, desechando los motores diésel. También ha adquirido Polestar, un especialista en vehículos deportivos que será el responsable de crear las versiones más rápidas de la marca pero siempre, con motores híbridos y eléctricos. Obviamente, sin dejar de lado la seguridad, cuyo mayor exponente según la marca es la conducción autónoma, tecnología en la que están invirtiendo grandes cantidades de capital.