Las distracciones al volante son un mal endémico que cada día se extiende más entre los conductores. Sobre todo desde que los móviles son pequeños ordenadores con conexión a internet, decenas de aplicaciones de mensajería y a todas las redes sociales habidas y por haber. De hecho, las distracciones ya acaparan el 20% de todos los accidentes de tráfico con fallecidos y alrededor de 8.000 accidentes con víctimas.
Así lo afirma un reciente estudio realizado por la Fundación Línea Directa en colaboración con el Instituto Universitario de Investigación de Tránsito y Seguridad Vial de la Universidad de Valencia (INTRAS). Lo han llamado ‘Smartphone: el impacto de la adicción al móvil en los accidentes de tráfico’ y demuestra, con cifras, que el uso del teléfono móvil es la tercera causa de accidentes al volante después del consumo de drogas y alcohol (26%) y del exceso de velocidad (29%).
El estudio se basa en datos de la Dirección General de Tráfico y en casi 40.000 encuestas online ESRA, realizadas en 38 países. Los datos son preocupantes, pues uno de cada dos conductores asegura usar el teléfono al volante. Además, según la entidad, en más de 1.700 entrevistas, el 48,2% reconoce usar el teléfono móvil mientras conduce. De estos, el 53,5% dice que mira el móvil para ver quien llama, un 37% dice que lo hace para usar el WhatsApp o leer mails, mientras que un 9% comprueba y participa en redes sociales. Por último, un 7% de los encuestados reconoce haberse hecho ‘selfies’ mientras conducía.
Los accidentes típicos por usar el teléfono móvil mientras se conduce siguen siempre la misma tónica: salidas de vía y alcances traseros en la mayoría de los casos, principalmente en conductores que viajan solos durante el inicio y el final de la jornada laboral. El estudio establece un rango de edad entre los 18 y los 24 como los más propensos a usar el teléfono mientras conduce, sobre todo en semáforos, atascos y cuando estiman que ‘la vía es segura’.
El estudio sobre el uso del teléfono al volante también establece diferentes motivos. Unos aseguran que es para ver si tienen algo urgente (25,5%), otros por motivos laborales (un 6,5%), por costumbre (5,8%) o por aburrimiento (1,6%). En total, el 18,8% de los encuestados afirman haber vivido situaciones de riesgo motivadas por usar el móvil conduciendo.
Para finalizar, la investigación ‘Smartphone: el impacto de la adicción al móvil en los accidentes de tráfico’ concreta que los españoles no son conscientes del peligro de usar el teléfono al volante, con el consiguiente peligro. El mejor ejemplo es que el 38% de los encuestados tolera que el conductor use el teléfono sin manos libres, más del 9% piensa que hablar por el móvil no afecta a la conducción y un 8% consideran que las multas son para recaudar. Lo peor de todo, es que el 6% de los encuestados creen que las cifras de accidentalidad por usar el teléfono móvil conduciendo son inventadas.
Cuando se usa el teléfono móvil, por lo general, se aparta la vista de la carretera durante algunos segundos. Si circulamos a 100 km/h, se recorren cerca de 28 metros por segundo, lo que significa que si miramos el móvil durante cinco segundos, recorremos 140 metros sin mirar la carretera y a una velocidad de 100 km/h, se necesitan unos 40 metros para detener el coche por completo, a los que debemos sumar otros 28 metros considerando un tiempo de reacción de un segundo (imposible, se ha demostrado que se tarda en reaccionar entre 2 y 4 segundos). Por lo tanto, se necesitarán 68 metros para parar totalmente, 18 metros más que la distancia de seguridad recomendada para circular. El impacto es inevitable.